(266 palabras) Los poemas de Lermontov que contienen la imagen del poeta se destacan entre las obras de otros autores. A diferencia de Pushkin, que alaba el propósito de la creatividad, Mikhail Yuryevich, en cambio, está triste por el amargo destino del artista de la palabra.
En el poema "Poeta", el lector ve una daga olvidada en la pared, "cubierta por el óxido del desprecio". Después de las victorias militares y el triunfo de la gloria, esta arma se convierte en una decoración interior innecesaria. Se olvidan de él, así como del poeta, que ya no disfruta del éxito y el reconocimiento del público y sirve como un recordatorio de sus propios logros que dejó en el pasado.
En el último año de su vida, Lermontov escribió el poema "El profeta". En él, el poeta aparece ante los lectores como un hombre pobre que ve los vicios de las personas. Lo toman por loco, escuchan sus enseñanzas sobre moralidad y arrojan piedras a un vagabundo. Se ve obligado a huir al desierto para no ver la corrupción del mundo y no ser un hazmerreír. El talento del poeta se convierte en una carga intolerable sobre los hombros de un pobre vagabundo.
"¡Quiero vivir! Quiero pena ”, la primera línea de otro poema sobre creatividad. Mikhail Yurievich compara al poeta con el océano, que no puede vivir sin tormenta. Según el autor, también debe haber tristeza en la vida del creador, ya que el arte requiere sacrificio. Se crea una imagen romántica, como en el poema Muerte de un poeta, dedicada al duelo fatal entre Pushkin y Dantes. La sociedad no entiende a una persona talentosa y se ve obligado a dejar el mundo ajeno a él.
Lermontov considera que la creatividad es un regalo que debe cumplirse. Pero también es una prueba de soledad. El poeta tiene habilidades proféticas y permanece opuesto a la multitud. Las comparaciones son una de las técnicas más repetidas en los poemas sobre creatividad. Ya sea una daga, un profeta, un mendigo o todo el océano, el autor no puede prescindir de notas tristes en la imagen de una persona que es capaz de mucho, pero no alcanza su talento ni siquiera para la simple aprobación de la sociedad.